La lectura
Esconde historias
y nos ayuda a soñar. Son guiadas por las manos de un autor, de alguien que
imagina y que luego plasmo, que sus palabras son más que letras; son símbolos e
imágenes, son sueños. Un simple cambio de una palabra puede cambiar el
significado; es el tú, un tus, es el mí, el mis, el él y el nosotros.
Todo lo
anterior se puede entender como un escape de la realidad, un sin fin de
emociones. Un paso directo de la alegría a la tristeza, de las risas al llanto
y de la realidad a un mundo completamente nuevo. Nos genera un sinfín de
preguntas y una curiosidad que va creciendo y nos atrapa sin dejarnos escapar.
Nos trasmite tantas emociones, que nos encierra en una dicotomía entre el llegar
y conocer el final y el deseo de que no termine nunca.
Un buen libro,
es más que la suma de cientos de palabras, es más que un montón de páginas que
nos atrapa, es más que el desespero al ser interrumpido de nuestro travesía y más que el alivio por
volver a posar nuestros ojos sobre esas líneas que nos envuelven más y más. No
importa la hora ni el lugar, solo importa si estamos un suspiro, mi libro y yo.
Las letras
son más que un me gusta, son más que
las miles de posibilidades que se pueden conformar, son miles las emociones que
se expresan, y miles las formas en que describirlo. Pero si tuviera que elegir una,
sería esta. ¡Sí,
me gusta leer!
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